Segunda República en Arcicóllar (Toledo)
El mayor enfrentamiento entre obreros y patronal se produjo el 6 de abril de 1932. En este día Arcicóllar fue noticia de primera página de la prensa provincial con un suceso anunciado así:
En una reunión en la que se negociaban las bases de trabajo, un patrón disparó sobre un grupo de vecinos y deja heridas a tres personas, entre ellas el alcalde de la localidad y su hermano.
Ocurrió que en la terminación de una de estas asambleas laborales, en la puerta del Ayuntamiento, en presencia del delegado gubernativo, los participantes salieron a la calle y uno de los propietarios, Martín López Agudo, se alarmó al ver a un nutrido grupo de obreros esperando el resultado de las negociaciones. Este patrón requirió al alcalde socialista para que garantizase su seguridad personal y la de sus compañeros. El primer edil aceptó la petición de su opositor y requirió al público, con su bastón de mando en mano, con el fin de disolver a la multitud, entre las que se encontraban mujeres y niños. Mientras tanto, el señor López Agudo, muy excitado, volvió al Consistorio, donde aún se encontraba el presidente de la Patronal, con el que dialogó unos momentos. Acto seguido, Agudo empuñó una pistola y salió a la calle para hacer fuego contra las personas que aún quedaban en la puerta. De manera inmediata llegó al Guardia Civil que realizó varios disparos al aire para acabar de dispersan a los curiosos.
El alcalde, Eugenio Pantoja Moreno, con herida de bala en el muslo, su hermano Félix, con fractura del fémur por orificio de bala, y el cuñado de ambos, Gervasio Sánchez Sánchez, presidente de la Sociedad Obrera, con rotura de tibia, fueron trasladados a Toledo. Este último quedó ligeramente cojo para toda su vida. Sin embargo, la versión que la esposa del agresor, Emilia Agudo López, daba a los tribunales militares que juzgaron a los tres heridos al acabar la guerra fue muy diferente: “Mi marido hizo uso de la pistola en legítima defensa, dejando cojo a Gervasio. Pero después fue objeto de continuas amenazas hasta que, una vez estallada la guerra, fue asesinado por aquel”. Sin embargo, según la prensa católica no existió defensa propia alguna por parte del autor de los disparos del que afirmó estar “afiliado al Partido Radical de Lerroux”. Para el periódico católico El Castellano, el culpable debió actuar con mayor serenidad, como lo hizo el delegado gubernativo y demás autoridades presentes, a pesar de que la multitud estuviera crispada.
Fotografía tomada del Archivo Rodríguez. Un niño vendiendo periódicos en la plaza de Zocodover de Toledo.
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