La nueva novela del escritor e investigador toledano Juan Antonio Morales Gutiérrez «Guti» transporta al lector a aquellos días vivivos en unos pequeños pueblos de España. Un retrato sobrio, certero y sobrecogedor de la Guerra Civil Española en lugares y gentes alejados de las grandes ciudades o los renombrados hitos bélicos o políticos de la conflagración.
A poco que uno conozca vagamente la historia de la Guerra Civil Española, sabrá que se vivió en pocos sitios con tanta crueldad como lo hizo en los pueblos pequeños, lejos de las grandes ciudades y de los grandes hitos bélicos y políticos del conflicto. Este es el escenario de “Una memoria sin rencor”, el nuevo libro del escritor e investigador Juan Antonio Morales Gutiérrez “Guti”, en el que menudean grandes historias de lugares pequeños en el mapa, pero enormes en su dramatismo y dimensión humana.
En una pequeña comarca cercana a Toledo -Torrijos- un alcalde socialista y un sacerdote son fusilados por los bandos contrarios dentro de una vorágine de odio y violencia entre vecinos y familiares de una u otra acera. Alrededor de este suceso, se entroncan los recuerdos de testigos directos, los datos documentales y los trabajos de campo del autor para crear una narración que ante los ojos del lector adquiere un tono épico desde la primera hasta la última página, construyendo una ficción documental que a nadie dejará indiferente.
La fuerza descriptiva y narrativa del texto transportará al lector a aquellos días en los que se mascaba el miedo y todo parecía a punto de estallar. No tiene Juan Antonio Morales Gutiérrez “Guti” escrúpulo alguno a la hora de retratar con explícita fidelidad la frialdad o la crueldad de una escena, sin adornos, más que el consentido por licencia creativa de darle un discurso a los hechos.
Aquel que se adentre en sus casi seiscientas (595) páginas recorrerá dieciséis capítulos que encadenan una trama en la que el fusilamiento de Adrián Rodríguez, alcalde socialista de Gerindote, y el de Liberio González, párroco de Torrijos sirve de nexo común a un buen pliego de historias y vivencias, extraídas de la memoria de los que las vivieron, como también de cartas y documentación variada, así como trabajos de campo del autor, quien para construir la novela ha viajado hasta campos de batalla para quizá intentar escuchar su ensordecedor aunque mudo mensaje.
Escribe Guti esta novela con una furiosa narrativa que retrata el desasosiego que, en su alma, le provocan los hechos que como investigador va desvelando en la narración. Busca sin embargo Guti el perdón en cada página, como si el lector fuera, a su modo, el supremo juez que ha de condenar lo que lee, o como refleja el título de la obra hacer “Memoria sin rencor”, y comprender, no tan solo mirar, por qué aquellas gentes, en aquellas circunstancias, llegaron tan lejos en sus actos como para seguir despertando emociones casi 90 años después.
Es “Una memoria sin rencor” una obra accesible a cualquier lector que guste de unas buenas páginas de novela histórica. Un libro en el que la imaginación del autor está al servicio de la verdad. Donde los hechos, los diálogos, los personajes formaron en sus vidas la trama de una historia que el autor ha conseguido desvelar. Asistirá el lector a diálogos y descripciones que lo transformarán en testigo de los hechos, como si estuviera presente en los mismos, llegando a sentir la curiosidad, el temor y la adrenalina de presenciar acontecimientos que le superan, y comprender como también superaron a aquellos hombres y mujeres que además tenían la premisa de sobrevivir en un estado de guerra en las calles.
Con un estilo ameno y desenfadado, aunque bien nutrido documentalmente, escribe Guti desde la consecuencia de haber sido testigo de oídas de lo que pasó en esos años, en su pueblo y en su comarca. Investigador incansable, labor que comparte con su profesión de abogado en activo, Guti fue el niño que escuchó de labios de abuelos y vecinos aquellas historias, que leyó y escudriñó de joven en archivos y bibliotecas, y que publicó ya en la madurez dos imprescindibles obras sobre la Guerra Civil Española en Torrijos y su comarca, lugares cercanos a Toledo.
No es la imaginación pues el punto de partida del autor cuando se pone a escribir “Una memoria sin rencor”, sino la historia, aunque sea esta una lección que no encontraremos en libros ni en tratados sobre la Guerra. Escribe Guti como el niño que escucha un cuento, y luego otro, y luego quizá el mismo, pero con un tono diferente, o los hechos contados de otra manera. Escribe Guti con la misma pasión y también el mismo desapego de quien no ha vivido, pero sí sentido, aquellos días, que por estar el tiempo de por medio y transformarlos en pasado, le permite a Guti narrar, contar, describir y transmitir lo que no ha de ser sino “Una memoria sin rencor”