La Reforma Agraria en Toledo.

Primero textos del capítulo 3 de nuestro libro Orígenes de la Guerra Civil en la comarca de Torrijos (Toledo, 2020)

La proclamación de la República había causado por sí misma una grave crisis financiera en España. Gran parte de los españoles ricos comenzaron inmediatamente a transferir sus capitales a los bancos extranjeros, y los círculos financieros internacionales acogieron con escepticismo el nuevo régimen. De esta manera, los primeros ministros de Hacienda fijaron como su primer objetivo la estabilización de la peseta como preludio  a la restauración del crédito internacional.

Dentro del laboratorio de reformas políticas, educativas, laborales, religiosas o culturales, la agraria fue la más desarrollada en esta comarca de Torrijos, que aún sigue siendo agrícola. La reforma agraria era, sin duda, la más crucial de todas las cuestiones económicas. El articulado de la Ley perseguía la puesta en práctica de diferentes mecanismos de asignación de tierras y recursos agrícolas que propiciasen el cultivo directo de las mismas. Asimismo, se optó por la aplicación de diferentes soluciones que satisfarían, ante todo, el “hambre de tierras” de los jornaleros y campesinos más pobres.

Los distintos decretos y disposiciones legislativas elaboradas por el Ministerio de Trabajo (al frente del cual se hallaba el socialista Largo Caballero) durante el primer bienio republicano, afectaron seriamente a los esquemas de dominio tradicionales de los grandes propietarios. Se sancionó  un sistema de intervención estatal  en favor de los cultivadores directos, y en contra los propietarios que acaparasen en cada municipio una superficie considerada excesiva, como ocurría con el terrateniente Taramora, afincado en Barcience. Este titular había dejado parte de sus fincas sin cultivar, desde 1931, pues temía una confiscación revolucionaria inmediata. Sin embargo, hay que resaltar, que el Instituto de Reforma Agraria (IRA) solo desposeía en situaciones muy concretas. Por todo ello, la desconfianza en la República motivó que muchos latifundistas prefirieran vender sus tierras y colocar el dinero en bancos extranjeros.

El Decreto de 7 de mayo de 1931 promovió la creación de los denominados Jurados Mixtos, constituidos por un presidente, un secretario y representantes de patronales y obreros. El presidente era nombrado por el Ministerio de Trabajo, el cual estaba controlado por los socialistas durante el periodo de 1931-1933, y motivó que sus decisiones se inclinaran en defensa de los jornaleros. Las atribuciones de los jurados eran, entre otras, la fijación del salario, la duración mínima de contratos y la jornada laboral. Hasta ese momento la mano de obra agrícola había sido manipulada por la patronal agraria, que provocó el rechazo hacía esta institución. A partir de ahora, los jurados trabajarían para reducir el poder de los patronos y aumentar el de los obreros.

Fotografía archivo Rodríguez. Toledo

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Juan Antonio Morales Gutiérrez
moralesgutierrez@telefonica.net

Después de "Una memoria sin rencor", Juan Antonio Morales Gutiérrez y Belén Morales Pérez, padre e hija, presentan la segunda entrega de la trilogía, que es independiente de la primera. Pese a que algunos de sus personajes principales aparecen en ambas narraciones, "Secuelas de una guerra" no es una continuación de aquella; aunque comparten el mismo espíritu y denominador común: narrar acontecimientos históricos con nombres y hechos verdaderos. Este segundo volumen se inicia en julio de 1936, con el asalto al cuartel de la Montaña en Madrid, continúa con los sucesos de Paracuellos del Jarama y finaliza en la primavera de 1981, tras el fallido golpe de Estado del 23-F. Pedro Rivera, alcalde derechista de Gerindote (Toledo), huye a Madrid tras ser expulsado de su pueblo después de la victoria del Frente Popular en los comicios de febrero de 1936. Tras el golpe de militar del 18 de julio, esconde en su portería del barrio de Argüelles a un exministro de la CEDA perseguido por la revolución miliciana, Federico Salmón Amorín. El destino de ambos es la cárcel Modelo de la capital y su posterior asesinato en Paracuellos del Jarama. Después aparecen nuevos personajes, todos ellos militantes del Partido Comunista, uno de los cuales interviene desde el exilio en la resistencia contra el régimen de Hitler y la frustrada invasión del Valle de Arán. Cada uno de sus episodios ha sido extraído fielmente de un hecho verídico; cada uno de ellos tiene una existencia real y una personalidad auténtica. Esta es la historia de esos hombres que sobrevivieron o murieron luchando contra el fascismo. "Secuelas de una guerra" es una novela de reconciliación, de amores, sentimientos y de ausencias, que utiliza el recurso de hacer regresar al pasado bélico a sus protagonistas, mientras relatan cómo vivieron la posguerra y la transición democrática en España.

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