Erustes en la Guerra Civil
Erustes
En esta pequeña localidad de Erustes, la figura del presidente de Comité y alcalde estaba encarnada en la misma persona: Julián Jerez Vaquerizo. Éste moderado primer edil, afiliado a U.G.T. desde 1931, fue el artífice de que la revolución pasara de largo en su pueblo.
No era muy normal encontrar un informe emitido, a finales de 1939, por el primer alcalde franquista, Alejandro Palomo, sobre la conducta de su homólogo republicano, Julián Jerez Vaquerizo, recogiendo toda la buena actuación de éste primer edil durante el periodo republicano. Se le reconocía su buena labor al frente del Ayuntamiento en tiempos tan difíciles, durante el periodo comprendido entre marzo a septiembre de 1936.
“A pesar de que Julián Jerez fuera el fundador de la Sociedad Obrera y de que obligó a todos los jornaleros a afiliarse a U.G.T. para poder trabajar de braceros en el campo, fue un hombre justo y sensato”, informaba Alejandro Palomo a los tribunales que juzgaron a aquel. “Gracias a Julián fue posible que no hubiera derramamiento de sangre alguno y dejó las cuentas municipales cuadradas, sin faltar una sola peseta”, concluía el informante. Archivo General e Histórico de Defensa. AGHD
Sin embargo, sus detractores imputaban a Julián el intento realizado por éste de vender en Madrid 6 vagones de trigo, procedente de la cosecha de propietarios locales. Ocurrió unos días antes de que aquel marchara huyendo, el día 18 de septiembre del 36, hacía la capital ante la llegada de las tropas nacionales. La venta del cereal, que ya estaba ultimada y lista para embasar en miles de sacos que se trajo consigo en su último viaje a la capital, se truncó con la paralización en la circulación de la línea de ferrocarril Madrid-Torrijos. Las tropas nacionales que tomaron éste localidad del 22 de septiembre impidieron su transporte desde la estación de Erustes.
El tránsito por la población de grupos de milicianos forasteros, camino del frente de batalla de Talavera, fue incesante en aquel verano del 36 y todos ellos se sorprendían de la ausencia de represión. Pero fue el Comité de la ciudad de la cerámica quien más instigó, sin convencerle, al alcalde de Erustes para que acabar con la vida del derechista local, Jesús Maroto Sánchez Cabezudo. Por ello, toda esta actuación le sirvió para salvar su vida al finalizar la contienda… (Continuará)
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