Un año después, ampliamos nuestra investigación a la localidad de Santa Olalla con la publicación del ensayo La Segunda República y Guerra Civil en Santa Olalla, una obra de características similares a la anterior, cuya edición también se encuentra agotada y sin planes de reedición. Ambos trabajos comparten un enfoque centrado en la historia humana: relatos de personas reales, con nombres y apellidos. No obstante, decidimos no hacer públicos los nombres de los presuntos responsables de los crímenes cometidos por ambos bandos, con el objetivo de preservar un tono respetuoso y poner el foco en la memoria y la dignidad de las víctimas.
Ya en 2022, publicamos el que hasta la fecha constituye nuestro último ensayo: Orígenes de la Guerra Civil en la comarca de Torrijos. Este proyecto supuso un paso adelante en cuanto a alcance y profundidad, ya que abarcamos la investigación de 24 localidades de la comarca. Como cierre del volumen, incorporamos un anexo con una relación nominal —con nombres y apellidos— de numerosas personas, de uno y otro bando, que perdieron la vida de forma violenta fuera del frente de batalla. La obra fue muy bien recibida por el público y, a diferencia de las anteriores, su edición no se ha agotado, gracias a una gran tirada de ejemplares. Todo ello fue posible sin el respaldo de ningún organismo público, y aun así logramos amortizar la inversión inicial gracias al interés y apoyo de nuestros lectores.
Nos definimos como investigadores independientes. No estamos vinculados a partidos políticos, instituciones, editoriales ni medios de comunicación asociados a ninguna corriente ideológica. Esta libertad nos permite abordar la historia con honestidad, rigor y sin interferencias, y seguirá siendo el pilar fundamental de nuestro trabajo.
A partir de aquel ensayo, dimos el salto a la novela histórica. Decidimos dar voz a los protagonistas que habíamos conocido durante nuestra labor de investigación, aunque sin recurrir plenamente a la ficción. En nuestras obras seguimos utilizando nombres y apellidos reales, manteniendo así el compromiso con la verdad documentada. Así nació Una memoria sin rencor, la primera entrega de un ambicioso proyecto narrativo compuesto por novelas independientes, unidas por un mismo propósito: rescatar episodios históricos locales con rigor documental y una mirada literaria que acerque al lector a la dimensión más humana de los hechos.
Después vino Secuelas de una guerra, segunda entrega de la trilogía, que continuó explorando —con honestidad y sin rencor— las cicatrices profundas que la Guerra Civil dejó en varias generaciones. Aunque ambas novelas pueden leerse de forma independiente, esta obra mantiene el mismo propósito que la anterior: dar voz a hechos reales y a personas concretas, entrelazando historia y memoria a través de una narrativa documentada, cercana y profundamente humana.
En todas mis novelas, el personaje principal soy yo mismo. Se trata de relatos con una estructura de ficción, pero con una sólida base autobiográfica. Utilizo la técnica del flashback para moverme entre el presente y el pasado, entrelazando así la memoria personal con la memoria colectiva en una única voz narrativa. No viví, por supuesto, la matanza de Paracuellos, pero la narro desde el testimonio de quienes sí la conocieron y desde la investigación que realicé por encargo de una persona cercana. En aquel episodio fue asesinado el alcalde de mi pueblo, lo que le confiere a esta historia un vínculo directo con mi propia memoria y con la historia local que he querido rescatar.
Y, finalmente, El Madrid de mi Movida (1981-1982) cierra esta trilogía autobiográfica. Es una obra escrita con un tono más ligero y lleno de humor, en la que, por primera vez, la Guerra Civil deja de ocupar el centro del relato para dar paso a una nueva etapa: los años que viví en el Madrid vibrante de la Movida Madrileña, en plena transición democrática.
Incluso en esta última entrega el uso de la ficción es mínimo, como en el resto de la trilogía. El proyecto, en su conjunto, está inspirado en el espíritu de los Episodios de una guerra interminable, como los llamaba Almudena Grandes. Sin embargo, a diferencia de su enfoque, el mío parte de una perspectiva claramente autobiográfica. Son relatos en los que la Guerra Civil, aunque aparentemente relegada al pasado, nunca desaparece del todo. Siempre vuelve, como una sombra alargada y silenciosa que se cuela, inevitablemente, al final de cada historia.